El mausoleo que se construyó para albergar el féretro dorado de Pelé comenzó a recibir visitantes.
En el segundo piso de un cementerio vertical en la ciudad de Santos, en las afueras de Sao Paulo, el mausoleo recibe a los aficionados con dos estatuas doradas de Pelé. En su interior el suelo cuenta con césped artificial y las paredes están tapizadas de imágenes de seguidores en el estadio mientras se escuchan ovaciones en los altavoces, como si Pelé aún estuviera jugando. El techo sobre el ataúd del futbolista tres veces campeón del mundo está pintado de azul.
Pelé fue sepultado en el cementerio el 3 de enero, cinco días después de que falleció a los 82 años por cáncer de colon.
“Esto lo hicieron con mucho amor la gente que lo conocía, que lo vivió. Es la esencia de lo que fue”, dijo un emotivo Edson Cholbi do Nascimento, uno de los hijos de Pelé, en una pequeña ceremonia a la que asistieron amigos y familiares.
El dueño del cementerio, Pepe Alstut, quien falleció en 2018, planificó el mausoleo.
Alstut esperaba que el mausoleo fuera colocado en el noveno piso con vista al estadio Vila Belmiro del club Santos, en donde Pelé jugó 18 años. Pero su familia lo sepultó en el segundo piso para que los aficionados tuvieron un mejor acceso.
“Estoy temblando. La energía de este lugar es irreal”, comentó Erica Nascimento, una economista de 42 años.
El exfutbolista Roberto Milano, de 56 años, también se sintió emocionado. “Es parte de mi vida”, reconoció Milano. “Al hacernos viejos necesitamos seguir a los mejores modelos. Quizá fue el modelo más grande”.
Los aficionados que deseen asistir tendrán que reservar en la página del cementerio.
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