La pieza arqueológica, originaria de Veracruz, fue rescatada de una subasta que el país norteamericano consiguió paralizar hace un año
Paralizar una subasta de arte prehispánico es casi siempre misión imposible, pero ese casi mantiene la esperanza en que los esfuerzos acaben por dar sus frutos, y esta vez los han dado. México ha recuperado este martes un yugo milenario de piedra sedimentada que se encontraba en Austria, donde estuvo a punto de ser subastado hace un año, el 11 de marzo de 2022, por la Galería Zacke. El embajador mexicano en el territorio, Luis Javier Campuzano, consiguió entonces paralizar la puja, y un año después la pieza ha vuelto a su país de origen.
“En un gesto de empatía y responsabilidad corporativa, los representantes de la casa subastadora ofrecieron contactar a los poseedores de la pieza con la intención de facilitar la entrega voluntaria de la pieza”, agradeció entonces el Gobierno mexicano. El objeto, originario de la costa veracruzana, es una representación votiva o esquemática del típico protector de cadera que utilizaban los participantes del ritual de juego de pelota mesoamericano. Según los expertos, el producto hecho en piedra era utilizado como molde para elaborar un yugo de cuero que más tarde sería rellenado con algodón, explican en el catálogo de la casa de subastas. La elaboración en cuero serviría de amortiguador de los golpes de la pelota, que rebotaría del cuerpo de los jugadores.
La pieza, datada entre el 400 y el 900 después de Cristo, formaba parte del acervo privado de un coleccionista de Kentucky, en Estados Unidos, que previamente la había adquirido del comerciante de arte Martin Doustar a través del salón internacional Parcours des Mondes de París, en 2016. Se desconoce, sin embargo, cómo llegó a las manos de Doustar en un primer momento, y cómo y cuándo salió de México.
Con un peso de 16,8 kilogramos y unas dimensiones de 41×34,5 centímetros, el yugo de piedra tecali tiene esculpido en su superficie el conocido como Monstruo de la Tierra o Tlaltecuhtli, en lengua náhuatl. Una pieza similar subastada en París en 2021 fue vendida por 75.000 euros (cerca de 82.000 dólares), aunque la puja de este nuevo descubrimiento arqueológico iba a comenzar en 4.000, y se le estimaba un valor de 8.000 euros (8.700 dólares al cambio actual).
El éxito de la paralización de esta subasta contrasta con la tónica general cada vez que las autoridades tienen conocimiento de una puja en algún país occidental, pues lo que en la legislación mexicana es claramente ilegal está amparado por las leyes locales de los Estados en los que se produce la compra y la venta de estas piezas. El resultado de los intentos de recuperación depende, en gran medida, de la voluntad de colaboración de los Gobiernos de los terceros países en los que aparecen los bienes.
Entre los Estados más predispuestos a la devolución destaca Italia, con el que México ha mantenido una intensa comunicación en los últimos años. En 2021, de hecho, se consiguió paralizar la venta de 17 objetos arqueológicos en el país. Austria, en cambio, ha protagonizado algunos desencuentros con el Gobierno mexicano a cuenta del Penacho de Moctezuma, en el país desde el siglo XVI y expuesto en el Museo Etnográfico de Viena desde el XIX. Los especialistas consideran que el acusado desgaste de la pieza impide el transporte de un país a otro, pues es imposible anular las vibraciones del desplazamiento, pero México no está conforme con la explicación.
La restitución de estas piezas se ha convertido en el principal caballo de batalla de la política cultural exterior de la Administración de López Obrador. Desde el comienzo de la legislatura y hasta marzo de este año, las autoridades han conseguido repatriar más de 11.500 bienes en el extranjero, a los que ahora se suma este yugo milenario.
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