En los próximos días se realizará la reunión Autoridad Internacional de los Fondos Marinos en Jamaica, donde México ostenta la Presidencia del Consejo. Es urgente que nuestro país se comprometa con la protección de los océanos, tal cómo se estableció en el recién aprobado Tratado Global por los Océanos.
ntegrantes de Sustainable Ocean Alliance México, Naturalia, Greenpeace México, Beta Diversidad, Mares de México, Alianza Salvemos a la Laguna y la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente mostraron su oposición a la minería submarina frente al barco Hidden Gem el pasado 3 de julio. Este barco, perteneciente a la compañía Allseas y usado por The Metals Company, lleva meses anclado en el puerto de Manzanillo luego de haber navegado en la zona Clarión-Clipperton el año pasado, para probar su maquinaria destinada para actividades de minería submarina.
En conferencia de prensa en Manzanillo, voceros de las organizaciones dejaron claro que las profundidades marinas “constituyen la mayor fuente de diversidad de especies y ecosistemas de la Tierra” y “sustentan los diversos procesos ecosistémicos necesarios para el funcionamiento de los sistemas naturales del planeta. Los científicos advierten que los impactos ambientales de la minería de los fondos marinos serían catastróficos, de grandes proporciones e irreversibles en escalas de tiempo humanas. Algunas consecuencias incluyen la extinción de especies de aguas profundas, la destrucción de ecosistemas y hábitats, las tormentas de sedimentos submarinos, el vertido de aguas residuales, la contaminación acústica y lumínica incesante.
Es urgente detener la minería en aguas profundas antes de que inicie. Aún se requiere más investigación para entender el funcionamiento del ecosistema y conocer la biodiversidad que habita en el fondo del océano, pero existe evidencia suficiente como para entender que la minería en aguas profundas es inconsistente con un futuro sostenible
La minería en aguas profundas es una de las cinco grandes amenazas que actualmente enfrentan los océanos, actividad extractiva que todavía no inicia. El mundo está aún a tiempo de detenerla, por lo que es urgente que México demuestre su compromiso con la protección de los océanos y tome una postura en contra de la minería en aguas profundas en la próxima reunión de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA por sus siglas en inglés), reunión que se llevará a cabo en Jamaica (Sesión del Consejo del 10 al 21 de julio, y la Asamblea del 24 al 28 de julio).
“La Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA), un organismo de la ONU fundado en 1994 y con sede en Kingston, Jamaica, es responsable de regular la minería en aguas profundas en áreas de fondos marinos internacionales fuera de la jurisdicción nacional (es decir, fuera de la Zona Económica Exclusiva, ZEE) de cualquier país, como en la Zona Clarion-Clipperton. El gobierno de México ha firmado el Tratado Global de los Océanos, e históricamente ha mostrado una postura y compromiso con la protección de los océanos. Al tener el rol de Presidencia del Consejo en la 28° Sesión de la ISA, es necesario que nuestro gobierno mantenga y refuerce su credibilidad hacia la protección de los océanos impidiendo el inicio de la minería submarina a través de su apoyo a la moratoria a esta industria”,
señaló Ruth Ramos, campañista de Greenpeace México.
Las organizaciones lanzaron un exhorto para que la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales instale una mesa de planeación a fin de alcanzar un posicionamiento congruente con la conservación de los mares del 30×30 en el marco del Convenio Kunming -Montreal de Diversidad Biológica. Nuestro país debe de ser responsable con los compromisos adquiridos a nivel internacional y congruente con posicionar su papel en favor de la conservación y en contra de la minería submarina en la próxima reunión de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos.
“La posición de México debe ser congruente al Derecho Internacional y aplicar los principios precautorios y preventivos y detener la actividad de minería submarina, en tanto no se cuente con la evidencia científica de que no impactará a la flora y fauna marina”,
señaló Sandra Moguel, abogada de la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente.
“No se pueden terminar regulaciones cuando ni siquiera se tiene información necesaria para redactar las bases de ella. Hemos visto lo inaccesible que pueden ser los fondos marinos, con el accidente del sumergible ‘Titan’; solo 6 submarinos pueden llegar a esa profundidad y uno de ellos ha desaparecido. Los fondos marinos son muy difíciles de estudiar debido a su profundidad. Necesitamos que México se sume al pedido de pausa precautoria y en caso se presente una política general de moratoria, en la cual pueda votar a favor”.
Daniel Cáceres, representante regional por hispanoamérica de Sustainable Ocean Alliance, mencionó.
“Es esencial involucrar a la sociedad civil utilizando la educación ambiental, el fomento a las alternativas sostenibles y colaborar estrechamente para compartir recursos, conocimientos ambientales y socioeconómicos asociados a esta práctica devastadora. Desde SOA México, promovemos el liderazgo oceánico de la juventud, que busca salvaguardar los recursos naturales para las futuras generaciones. El objetivo de la campaña es darle voz a la juventud mexicana, quienes exigen su derecho a vivir en un medio ambiente sano y equilibrado”,
citaron Valeria Magaña y Anissa Velázquez, representantes del capítulo nacional de Sustainable Ocean Alliance.
Las personas defensoras del medio ambiente buscan unir esfuerzos y crear alianzas, ya que esto es fundamental para abordar el desafío global que la minería submarina representa y conseguir la protección de los fondos marinos. A medida que la campaña contra la minería submarina avanza en conjunto, es esencial reconocer los desafíos que se enfrentan y desarrollar estrategias efectivas para impedir que esta práctica dañina inicie. Algunos de los retos clave en los que las organizaciones buscarán trabajar son: influir en las políticas y regulaciones relacionadas con esta industria devastadora; fomentar un mayor apoyo a la investigación científica para comprender plenamente los efectos a largo plazo de esta actividad extractiva en los ecosistemas marinos y en las comunidades que dependen de ellos; promover alternativas a la extracción de minerales y reducir nuestra dependencia de estos recursos; colaborar de manera conjunta entre ONGs, comunidades locales, científicos, instituciones académicas y gubernamentales. La lucha contra la minería submarina requiere de un esfuerzo conjunto y coordinado. La unión de organizaciones y ciudadanía puede marcar la diferencia y contribuir a proteger los océanos para las generaciones futuras.
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