En este inicio de año, lo que más estamos buscando los mexicanos es que le vaya bien al país, que haya crecimiento económico y mayor bienestar para todas nuestras familias. Pero insisto, para que haya bienestar, primero se debe tener una estrategia clara de cómo alcanzar los objetivos de crecimiento, y en este 2022, todo parece indicar que la estrategia del Gobierno Federal seguirá siendo la de apostarle a proyectos de dudosa rentabilidad, particularmente en el sector hidrocarburos y de refinación.
Según cifras oficiales, al tercer trimestre de este año, PEMEX Transformación Industrial, encargada de los procesos de refinación en México, registró pérdidas por más de $111 mil millones; cifra que es 2,800% mayor a las pérdidas registradas en el mismo periodo de 2018. Para muchos, esto es una señal de alarma; sin embargo, para la 4T no parece serlo, tanto que recientemente Octavio Romero anunció la eliminación de las exportaciones de crudo para 2023 para que todo sea procesado internamente, lo cual implicaría aún más pérdidas para la empresa y para los mexicanos, además de la salida de nuestro país de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP+).
En ese sentido, es importante recordar que este año, la Administración encabezada por mi paisano, el Presidente López Obrador, buscará consolidar dos grandes proyectos de refinación con la compra de la Refinería de Deer Park en Houston, Texas y la conclusión de la Refinería “Olmeca” ubicada en el puerto de Dos Bocas en mi natal Tabasco, ambas que han mostrado grandes problemas en materia de transparencia y rentabilidad.
En el caso de la Deer Park, no podemos olvidar la nula transparencia que hubo en el proceso de adquisición. En mayo, PEMEX anunció que el precio de compra sería de alrededor de $600 millones de dólares (mdd); sin embargo, dicho monto sólo incluía la participación de Shell en la deuda de la misma y no la deuda total; misma que era de aproximadamente $1,000 mdd. Ahora, el Gobierno ha solicitado alrededor del $1,600 mdd más en el PEF 2022, más del doble de lo anunciado, algo que ejerce aún más presión en las ya débiles finanzas de PEMEX.
Según información que recibí recientemente a través de la plataforma nacional de transparencia, el único proyecto destinado a la reactivación económica de Tabasco, la Refinería de Dos Bocas, sólo cuenta con un avance del 33%, muy alejado de las expectativas y de las declaraciones hechas por la Secretaria Rocío Nahle. Personalmente, considero que este atraso debería ser visto como una señal para posponer la construcción de la obra y realizar una planeación que permita ejecutar esta obra de manera responsable para que verdaderamente beneficie a los mexicanos y, particularmente, a mis paisanos tabasqueños.
El 2022 se está perfilando para ser un año complicado, y más si todas las apuestas siguen por el negocio de la refinación. Por ello, habrá que estar muy pendientes para que el destino del dinero público sea para donde realmente genere bienestar y desarrollo para los mexicanos.
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