Emmanuel Macron perdió tal vez un poco de fuerza en Francia tras un reciente revés electoral, pero sigue siendo una de las figuras más relevantes de la política internacional y eso difícilmente vaya a cambiar.
Los aliados de Francia siguieron de cerca las elecciones del domingo en las que la coalición de Macron obtuvo más bancas que ninguna otra, pero perdió la mayoría en la Asamblea Nacional.
El resultado de la votación le complicará la vida a Macron y le costará más sacar adelante su programa, incluidas reformas al sistema jubilatorio y una reducción de los impuestos. Pero no se espera que afecte sus iniciativas en el campo internacional, al menos a corto plazo.
Desde que Rusia invadió Ucrania el 24 de febrero, Macron ha sido el epicentro de los esfuerzos diplomáticos en torno a esa guerra. A pesar de un giro histórico en la política francesa y una creciente polarización, los expertos no creen que ello vaya a cambiar.
“Habrá un contraste más visible entre las presiones que deberá enfrentar en casa comparado con la libertad de que gozará en el terreno internacional”, expresó Laurie Dundon, de la European Leadership Network.
Macron, quien se encuentra en Bruselas participando en una cumbre del Consejo Europeo de dos días, planea viajar a Alemania este fin de semana para una reunión del Grupo de los Siete y luego a España para una cumbre de la OTAN pautada para la semana que viene.
“Creo que Europa tiene una conducción”, declaró Macron el viernes en respuesta a una pregunta acerca de si el resultado de la votación afectaría su proyección internacional. Macron agregó que varios países europeos son encabezados por coaliciones que no tienen la mayoría parlamentaria.
“No me opongo a la complejidad política de nuestros países ni al liderazgo europeo. Por el contrario, creo que se refuerzan el uno al otro. Solo que nos dan más trabajo” en la búsqueda de soluciones, manifestó.
El presidente francés tiene mucha influencia en la política extranjera y los asuntos europeos. También es el comandante en jefe de las fuerzas armadas de Francia.
Francia ha suministrado abundante ayuda financiera y militar a Ucrania tras la invasión de Rusia. Además envió soldados para reforzar las defensas de Europa oriental.
Durante la campaña presidencial, la popularidad de Macron aumentó por sus esfuerzos para poner fin a la guerra. Promovió una postura más firme hacia Moscú al tiempo que mantuvo abierto un canal de comunicaciones con el presidente ruso Vladimir Putin y ha mantenido contactos permanentes con el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy.
Macron, quien derrotó en la segunda vuelta a la candidata de extrema derecha Marine Le Pen en abril, viajó a Kiev este mes junto con otros líderes europeos.
El apoyo a Ucrania es bien visto en Francia, según encuestas, y la oposición no osa criticarlo.
“El de la política exterior no es un ámbito en el que Le Pen o (el líder izquierdista Jean-Luc) Mélechon quieran meterse cuando hay tantos temas internos que pueden cuestionarle a Macron”, declaró Dundon.
“Ninguno de los dos quiere quiere meterse en el complejo tema de Rusia y Ucrania”, agregó.
Elegido por primera vez en el 2017, Macron nunca ocultó su deseo de desempeñar un papel protagónico en la diplomacia internacional. Y su reelección en abril reforzó su estatura como líder internacional.
Los grandes poderes de la presidencia francesa son un legado del general Charles de Gaulle y su deseo de crear un sistema político estable a partir de la Quinta República, que estableció en 1958, después de una serie de gobiernos cortos e ineficientes que se sucedieron tras la Segunda Guerra Mundial.
El presidente representa al país en el exterior y se reúne con jefes de estado extranjeros. El primer ministro, designado por el presidente, es quien lidia con el parlamento.
El poder de la Asamblea Nacional sobre la política exterior de la presidencia es ínfimo, aunque controla los gastos del gobierno.
“No se le pidió al Parlamento su opinión respecto al envío de armas a Ucrania o las operaciones de Francia afuera, sobre todo en el Sahel, en el Medio Oriente, como parte de la coalición anti-ISIS, o en Afganistán”, comentó Nicolas Tenzer, del Centro para un Análisis de la Política Europea. ISIS es uno de los nombres con que se conoce a la organización Estado Islámico.
Acotó que el Parlamento, no obstante, debe autorizar una extensión de estas operaciones más allá de cuatro meses.
Una oposición envalentonada, tanto de izquierda como de derecha, podría tratar de usar los poderes del Parlamento para forzar un debate. Pero se da por descontado que el debate en Francia seguirá enfocado en temas locales.
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