Cuatro de cada 10 trabajadores con un empleo remunerado no tienen acceso al aguinaldo como prestación. Especialistas coinciden en que aunque esto se vincula con el avance de la informalidad, también es por el uso de esquemas de contratación que buscan desdibujar las relaciones laborales.
No son emprendedores o freelancers, son trabajadores subordinados (con un patrón) y a pesar de que el aguinaldo es una prestación de ley, 14.2 millones de ellos no recibirá aguinaldo en diciembre, de acuerdo con cifras de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).
Este universo, representa el 36% de todas las personas con un trabajo subordinado en el país, esta cantidad de personas equivale a llenar 160 veces el Estadio Azteca. En el último año, 192,795 personas se han incorporado a un empleo sin tener acceso a prestaciones como aguinaldo, vacaciones pagadas o reparto de utilidades.
El aguinaldo tiene un poco más de cinco décadas reconocido por la Ley Federal del Trabajo (LFT) como una prestación que debe recibir la fuerza laboral, por disposición legal el pago no puede ser inferior a 15 días de salario y las empresas tienen hasta el 20 de diciembre para entregarlo.
Para Ana Gutiérrez, coordinadora de Comercio Exterior y Mercado Laboral del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco), el hecho de que tres de cada 10 trabajadores no cuenten con esta prestación se vincula con el avance de la informalidad.
“Es una proporción elevada y una de las cosas que afecta mucho es la informalidad porque no obliga a ninguno de los patrones a hacer cumplir los derechos laborales y darles las prestaciones a los trabajadores, dentro de las cuales está el aguinaldo. Ese es un elemento muy fuerte, aunque no se descarta que algunos trabajadores informales reciban este beneficio. Es un tema de falta de adherencia de muchos patrones a la ley laboral, porque hablamos de trabajadores subordinados”, expone la especialista.
Desde la perspectiva de Abigail Quiroz, presidenta de la Fundación Trabajo Digno, la falta de acceso aguinaldo también se vincula con los esquemas de contratación que se usan al interior de la formalidad para evadir obligaciones patronales.
“Tenemos un montón de trabajadores que laboran bajo esquemas atípicos, personas contratadas por asimilados a salarios o prestación de servicios. Bajo el amparo de estas figuras civiles o fiscales, se le cambia el nombre al trabajador para no llamarle así, sino calificarlo como prestador de servicio. Al momento de cambiarle el nombre y justificar la relación con otro esquema, se les está negando las prestaciones, no sólo el aguinaldo, también las vacaciones o la seguridad social”, apunta la especialista.
Además de esto, Abigail Quiroz considera que el fenómeno también puede estar asociado en algunos casos al desconocimiento de los propios empleadores, especialmente en pequeños negocios, y de los propios trabajadores.
Aunque pueden ser muchos los factores que provocan que más de 14 millones de empleados en México no reciban aguinaldo, las especialistas coinciden en dos cosas: la cifra refleja que aún se crean en empleos de mala calidad y alejados del concepto de trabajo digno.
“Es un tema de falta de calidad en el mercado laboral mexicano que permita que todos los trabajadores que se otorgan cumplan con derechos laborales y den este tipo de colchones y recursos adicionales que son necesarios en el contexto de cierre de año”, señala Ana Gutiérrez.
“Creo que ha sido una práctica de toda la vida y es porque es económicamente redituable para las empresas, ése es el motivo. Es más barato contratar a alguien como ‘freelancer’ o ‘prestador de servicios’ y lo que es económicamente redituable para las empresas se explota hasta la muerte o una inspección de trabajo los separa”, explica Abigail Quiroz.
Sin embargo, los esquemas de contratación pueden desdibujar la relación de trabajo, pero no la borran, puntualiza la especialista. “La ley va a proteger a los trabajadores con el sólo hecho de prestar un servicio subordinado. ¿Cómo puedo detectarlo? Es sencillo, una relación de trabajo tiene dos elementos de existencia: la prestación de servicios personales y la subordinación, esto significa ausencia de libertad, estar bajo las ordenes de alguien con una jornada de trabajo y con indicaciones sobre qué se debe hacer, cómo se debe hacer y dónde se debe hacer”.
La merma en el poder adquisitivo
En un contexto de alta inflación, subraya Ana Gutiérrez, la falta de aguinaldo sólo merma más el poder adquisitivo de los trabajadores. “Son fechas de mucho gasto y por eso cobra relevancia esta prestación. No recibir un aguinaldo hace más difícil la planeación financiera tanto del cierre de año como del arranque del siguiente. Sin duda genera una presión sobre las finanzas personales y familiares y es un tema al que debemos poner atención”.
México es una de las economías que garantiza el aguinaldo en la legislación para los trabajadores formales, esta prestación se concibe como un apoyo que brindan los empleadores a sus colaboradores para hacer frente a una temporada de mayor gasto.
De acuerdo con un análisis de Neeyamo, el aguinaldo es un derecho protegido por la ley en al menos 15 economías más de Latinoamérica, aunque en países sudamericanos como Argentina, Colombia y Uruguay se paga en dos partes, una en julio y otra en diciembre.
En la región hay dos casos curiosos en la manera de otorgar el aguinaldo. En Panamá esta prestación se cubre en tres partes (abril, agosto y diciembre) y en El Salvador el monto incrementa conforme a la antigüedad de los trabajadores, inicia con un piso mínimo de 15 días de salario y puede llagar hasta los 21 días cuando se tienen más de 10 años de servicio en la misma empresa.
En economías como Brasil y Venezuela el aguinaldo es equivalente a un mes de salario y debe pagarse en una sola exhibición, para el último país, la ley obliga a los patrones a cubrir la prestación en noviembre.
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